Hoy estamos aquí reunidos con la gente amiga, para celebrar
la Inauguración del Parque de Estudio y Reflexión de Gran Canaria y de este
monolito que marca la fecha, cuarenta años después de Canarias 78, donde también
tanta gente amiga, precursores de este proceso, estuvieron aquí.
Y en este Parque hoy, cómo no
recordar y agradecer a aquellos que nos precedieron, constructores de un futuro
que no termina aquí y ahora, sino que empieza en una rota nueva, más ligera,
más sutil e integradora, con una nueva sensibilidad. Recordar y agradecer a
Silo, con profundo afecto. Él nos ha guiado en el camino. Sin su luz nada de
esto hubiera sido posible. En cada peldaño del ascenso su enseñanza estuvo
presente, en cada momento difícil, sus palabras nos impulsaron a seguir.
Recordar a los que vinieron y se quedaron, no importa en qué momento, ni
tampoco el tiempo que estuvieron, pero su vocación nos brindó la oportunidad de
conocer la doctrina y al Maestro. Muchos nos acompañan hoy, a otros los
sentimos fuertemente en copresencia.
Agradecer a los que luego se
sumaron e impulsaron el humanismo en Canarias, con fuerza y con fe. No importan
ya los errores de danza, porque no fueron la danza misma. Lo mejor de lo que se
aportó está hoy con nosotros. En la memoria, limpia ahora, sólo queda un gran
cariño y un gran afecto. Sincero. Este Parque es también un tributo y un regalo
a todos y a cada uno de ellos. Solo vuelven hoy los mejores momentos. Deseamos que
una oleada de bienestar llegue hasta todos, presentes o no en este espacio o en
este tiempo.
Este Parque se gestó por la
suma en el tiempo de todos ellos y por un equipo, que asumió el desafío. Un
equipo que se enriqueció con los que vinieron, como un soplo de aire fresco,
desde Madrid, desde Noruega… para generar juntos algo nuevo. En él, algunos, aunque
ya nos conocíamos, nos hemos vuelto a descubrir. Ya no quedan pre-dialogales ni
biografías, sólo los actos validos que se han ido acumulando, como homenaje a
esa charla del Negro, de un día como hoy, en el Hotel Tamarindos del sur de
esta isla.
Un ser cohesionado, donde las
palabras se tornan miradas. Hermanos en la batalla. Nos reconocemos y nos
entendemos.
Y si hablamos de actos
válidos, de la capacidad de dar, hoy agradecemos en mayúscula, sin palabras suficientes
para expresar lo que sentimos, el trabajo que han hecho todos aquellos que han
colaborado, que han aportado sus manos, su tiempo y sus conocimientos, en la construcción de este Parque. Un homenaje
especial a Roberto Kohanoff que nos ha ayudado desde un principio y en todo
momento; a Sergio, que nos ha guiado en
las obras, aún trabajando con unos “anarcas” como nosotros; a Dorval, con su silenciosa
experiencia: unos titanes que han trabajado horas y horas para que podamos
disfrutar de lo que vemos hoy. Luz Marina, nuestra “picapedrera” especial, que
nos ponía el punto de calma y de afecto, Marily, con su cariño, que ha viajado
dos veces en un mes, para acompañarnos y estar con nosotros; Vanessa y Miguel, que siempre dan
lo que tienen, con esa generosidad que les sale sin más, sin darle mayor
importancia; Paco, que nos ayudó tantas veces con su habilidad. A todos los que
pudieron venir antes para estar aquí y echar una mano…Todavía nos preguntamos
por ese motor tan grande que les ha impulsado a hacer lo que han hecho. No deja
de sorprender esa inmensa capacidad de dar.
Josefina y Carlos, esos
libros son un regalo.
Juan Carlos, que te vamos a
contar que tú no sepas…
A todos los que han aportado
lo que tenían y más de lo que tenían. Sin ellos no hubiésemos tenido la
economía para avanzar. A los que han venido. Emociona cada carita, cada aporte,
cada mensaje, cada palabra de ánimo…
Sin duda, los Parques son un
faro, porque se iluminan con la intencionalidad de todos.
Este es un espacio abierto de
todos y para todos, el cruce de tres continentes. Un lugar con nuestra historia,
con la historia de muchos. Que su luz nos cohesione para volver a recordar que
todos somos lo mismo y que trascienda, mucho más allá, hacia esas nuevas
generaciones que, como decía el maestro, transformarán el mundo.
Para todos, con la tierra a
nuestros pies y la cabeza en el cielo: ¡Paz, Fuerza y Alegría!