MUJER, FUTURO Y NO VIOLENCIA
Sucedió hace mucho tiempo, que
floreció la vida humana en este planeta. Entonces y con el correr de los
milenios, los pueblos fueron creciendo separadamente y hubo un tiempo para
nacer, un tiempo para gozar, un tiempo para sufrir y un tiempo para morir. Dos
caminos se abrieron: el camino del Sí y el camino del No. El Sí creó todo
aquello que hizo superar el sufrimiento. El No agregó dolor al sufrimiento,
generó toda discriminación y toda violencia, separó a las poblaciones diviéndolas
por sexo, raza, credo…
En ese contexto la mujer quedó
relegada a un papel secundario, se silenció su voz y su acción. A pesar de todo
muchas consiguieron rebelarse y hacer su aporte a la historia. Las mujeres
hemos estado impulsando los movimientos antidiscriminatorios (sufragismo y
abolicionismo), hemos denunciado la violencia de las guerras (mujeres contra la
1ª guerra mundial, la Haya 1915), hemos fomentado la unión y el acuerdo como
forma de resolución de muchos conflictos armados (Malí, Liberia, Palestina…),
hemos mantenido unidas a las familias y hemos velado por el bienestar de nuestra
comunidad. Estas acciones fueron muchas veces degradadas o invisibilizadas.
Los vestigios de ello, llegan
hasta la época actual; sin embargo este antiguo sistema de creencias se empieza
a desmoronar. Cada vez más mujeres están siendo conscientes de su fuerza, cada
vez más hombres son conscientes de que no se puede negar una parte importante
del ser humano. Algo nuevo está surgiendo: una nueva sensibilidad se abre paso.
Necesitamos generar un nuevo Ser
Humano, que represente lo mejor de la Mujer y del Hombre, que nos complemente.
Un Ser Humano capaz de construir un futuro No-Violento, donde nadie esté por encima
de nadie y todos seamos iguales; capaces de ver más allá de las diferencias
externas, para comprender que, en esencia, todos somos lo mismo: Dioses
encadenados que buscan liberarse.
Sin duda, este es el intento que
vale la pena vivir porque es la continuación de las mejores aspiraciones de la
gente buena que nos ha precedido. Es el intento que vale la pena vivir porque
es el antecedente de las futuras generaciones que transformarán al mundo.
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